Esta idea explora la evolución del ecosistema desde un mundo dominado por la naturaleza hasta uno transformado por la presencia humana, y finalmente, el retorno de la naturaleza tras la hipotética desaparición de la humanidad. Este ciclo de vida ilustra la fragilidad y la resiliencia de los ecosistemas. Subraya la responsabilidad humana en el cuidado del medio ambiente y cómo nuestras acciones pueden tener consecuencias duraderas. También destaca la capacidad de la naturaleza para recuperarse y regenerarse, ofreciendo una reflexión sobre la sostenibilidad y la coexistencia armoniosa.